Las principales diferencias entre el comercio tradicional y el comercio online están dadas por las posibilidades de contacto a distancia con el cliente, la facilidad de que nuestros productos puedan ser adquiridos las veinticuatro horas al día y la posibilidad de poder ofrecer precios más bajos dado que los costes fijos tienden a ser menores.
El cliente en internet exige que todo transcurra a la misma velocidad con la que pudo realizar la compra desde su ordenador... Y cada vez más, los clientes te van a exigir que vendas tus productos por Internet. Además, ¿vas a permitir que tu competencia aumente su negocio mientras duermes por la noche?
Es curioso, porque en Estados Unidos está pasando lo mismo que hace 10 años en España con las páginas web...Con independencia de los resultados reales (que los hay y muy buenos), no disponer de un canal online implica decirle al mundo que estás dejando de lado una gran parte del negocio. Aspecto intangible pero importante
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